Antecedentes históricos
El fenómeno del magnetismo fue conocido por los griegos desde el año 700 u 800 a.c., ellos descubrieron que ciertas piedras, ahora llamadas magnetitas atraían piezas de hierro. La leyenda adjudica el nombre de magnetita en honor a un pastor llamado Magnes el cual observó que los clavos de sus zapatos y la punta de su bastón quedaron fuertemente sujetos a un campo magnético cuando se encontraba pastoreando su rebaño.
En 1269 el físico Pierre de Maricourt, mediante un imán natural de forma esférica, elaboro un mapa de las direcciones tomadas por una aguja al colocarla en diversos puntos de la superficie de la esfera. Maricourt encontró que las direcciones formaban líneas que rodeaban a la esfera pasando a través de dos puntos diametralmente opuestos uno del otro, a los cuales les llamo polos del imán. Posteriormente comprobó que cualquier imán, sin importar su forma, tienen dos polos, llamados polo norte y polo sur, los cuales presentan fuerzas que actúan entre sí de manera análoga a las cargas eléctricas. Desde ese entonces se comprobó que polos iguales se repelen y polos diferentes se atraen. A este fenómeno se le conoce como Ley Universal de Cargas.
En 1600 William Gilbert extendió estos experimentos a una variedad de materiales. Utilizando el hecho de que una brújula se orienta en direcciones preferidas, sugiere que la misma tierra es un gran imán permanente. En 1750, el físico John Mitchell uso lo que se conoce como balanza de torsión para demostrar que los polos magnéticos ejercen fuerzas de atracción y repulsión entre sí. Aun cuando la fuerza entre dos polos magnéticos es similar a la fuerza entre dos cargas eléctricas, existe una importante diferencia: las cargas eléctricas se pueden aislar, mientras que los polos magnéticos no se pueden separar, ósea los polos magnéticos siempre están en pares.
La relación entre el magnetismo y la electricidad fue descubierta en 1819 cuando, en la demostración de una clase, el científico danés Hans Oersted encontró que la corriente eléctrica que circula por un alambre desvía la aguja de una brújula cercana. Poco tiempo después, André Ampere obtuvo las leyes cuantitativas de la fuerza magnética entre conductores que llevan corrientes eléctricas.
En la década de 1820, se demostraron varias conexiones entre la electricidad y el magnetismo por Michel Faraday e independientemente por Joseph Henry. Ellos comprobaron que se podía producir corriente eléctrica en un circuito al mover un imán cercano al circuito o bien variando la corriente de un circuito cercano al primero. Años después, el trabajo teórico de Maxwell mostró que un campo eléctrico variable da lugar a un campo magnético.
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